miércoles, 8 de febrero de 2012

Hablemos de las subvenciones

Un sector de medios de comunicación pide a diario la supresión de las subvenciones a patronal, sindicatos y partidos políticos. No es descabellado pensar que ellos mismos reciben subvenciones en forma de propaganda institucional o quién sabe si seguramente incluso con la compra directa de ejemplares de papel que ya no adquiere nadie, si no es para acceder a algún objeto de consumo a precio reducido.

Nuestros gobernantes responden reduciendo las subvenciones a quienes no creen empleo. Pues bien, la creación de empleo es responsabilidad de los propios Gobiernos y por supuesto de los empresarios, en el caso de éstos se supone que crean empleos para ganar dinero, no para cobrar subvenciones. Quién cobra subvenciones en función de lo que emplea, debe devolverlas en función de lo que despide.


La inyección de dinero público a bancos y cajas de ahorros ¿no son subvenciones con cargo a nuestros impuestos? O sea, que si yo tengo una conducta económica poco ejemplar y me quedo sin dinero o sin liquidez, pues a sufrir. Pero si es un banco, unas cuantas subvenciones, unos miles de despidos bien pactados y unas cuantas fusiones, y ya está.

En sólo 30 años, instituciones con mucho arraigo entre la ciudadanía como eran las cajas de ahorros, con su obra social y más de cien años de servicio a la población se han ido al garete. Algunos señalan directamente al “saqueo” de las mismas por la politización de sus Consejos de Administración, más pendientes de tener contentos a quienes les nombraban que a las necesidades y la prudencia necesaria para dirigirlas.

Respecto de quienes bajaron las pensiones a todos y no tocaron ni uno de sus privilegios, quienes dejaron al país al borde de la bancarrota y cesan con una pensión de por vida de varios miles de euros anuales compatibles con cualquier empleo o retribución, o de quienes pretenden cobrar más impuestos por nuestras casas, cuando ya nos cobraron plus valías, por el supuesto mayor valor, en lugar de aplicarnos la “minusvalía” que sufren ahora, mejor no hablar.

De las subvenciones a los sindicatos, siendo importantes y entendiendo que han de apechugar como todo el mundo, las dejaré para cuando pueda digerir todo lo anterior.